Dogma'95 (Segunda parte)
En sus orígenes, el movimiento Dogma consiguió lo que pretendía; tres directores (artifices e impulsores del manifiesto), con buenas historias que contar, que además encajaban perfectamente en la forma de rodar DOGMA'95; el problema vino después. La mayoría de los directores asumieron que la consecución de la certificación DOGMA'95 era sinónimo de calidad, y el público creyó lo mismo. Se empezaron a producir películas que no alcanzaban el nivel de calidad de las primeras (entre ellas, algunas españolas, como las tres aportadas por Juan Pinzas y que no pasarán a la historia por lo que he leído), y se empezó a asumir que hacía falta algo más que la obtención de un certificado para poder hacer películas de calidad.
A día de hoy, y tal y como se puede ver en su página oficial, tras un período de 35 películas DOGMA, la oficina encargada de su certificación ha cerrado; según sus propias palabras , “el manifiesto DOGMA se ha convertido en un género, una fórmula, y nunca fue esa la intención. Por tanto, dejamos de ejercer de intermediarios en la certificación e interpretación DOGMA y cerramos la Secretaría. Los fundadores originales se han involucrado en nuevos proyectos experimentales, por tanto nosotros también. Como tampoco contamos con ningún apoyo económico para seguir ejerciendo nuestra labor, nos vemos obligados a actuar de esta manera. En caso de que alguien quiera hacer una película DOGMA'95 puede hacerlo: el “voto de castidad” es una forma de expresión cinematográfica y por tanto no es propietaria de nadie. Es una idea y no una franquicia, y como tal puede ser utilizada por los creadores. En caso de hacer una película, por favor, enviar una copia a la Universidad de Copenhage, que conserva copias de todas las películas DOGMA, para futuros estudios académicos.”
Esta declaración deja a las claras la situación actual del movimiento. Quizás con un período de vida menor que otros surgidos en la Historia del Cine, ha conseguido convulsionar ciertas estructuras asumidas como las idóneas para la narración de una película. Aunque ni sus propios autores se tomaran en serio el movimiento (lo que se puede apreciar en que los tres sólo han realizado una película siguiendo el manifiesto, después han continuado con otros proyectos, o en el no cumplimiento de algunas de las normas que ellos mismos habían creado), y que la propia creación de unas normas a las que atenerse vaya en contra del manifiesto, éste ha servido para demostrar que se puede hacer una gran obra con los mínimos elementos, que no importa el formato ni la cámara utilizada cuando la historia es lo suficientemente fuerte y que casi cualquiera puede hacer una película si tiene ideas.
Uno de los impulsores del movimiento, Lars Von Trier, ha seguido experimentando en sus siguientes películas, y aplicando algunos de los elementos ya utilizados en las películas DOGMA (cámara al hombro, video digital, iluminación natural...), pero no se ha ceñido al manifiesto en su cine posterior.
Al final de todo esto, el movimiento DOGMA'95 quedará como un lenguaje específico para contar historias que necesiten de esa forma de narrar, despojado de todas aquellas pretenciones iniciales que pretendían la búsqueda de “la verdad” cinematográfica por parte de los autores, la "reinvención" del cine, pues no es casual que el nacimiento del movimiento conincida con la celebración del centenario del naciemiento del cine en Francia.
Una gran broma, sí; pero que vengan mas como estas, por favor.
Más información, en la página oficial
4 comentarios:
Más o menos lo que yo te comentaba no?
Me alegra saber que la gran farsa del Dogma haya "pasado a la historia", aunque tambien me alegro de que haya tenido lugar.
Que conste que soy partidario de la experimentación e innovación con respecto a cualquier campo de la vida y en particular al que aquí nos concierne.
El Dogma siempre me ha sonado a revolución premeditada. Las revoluciones surgen de la opresión, pero raras veces son planificadas de antemano sino que cobran vida de manera expontánea tras un largo periodo de incubación en el que se va acumulando energía bloqueada que luego resurgirá toda junta en una gran explosión, en este caso creativa.
Con esto quiero decir que, lo del manifiesto, lo de las reglas a priori, desvirtúa, en mi opinión, cualquier tipo de expresión artística pretendida convirtiendola en un mero ejercicio técnico del que probablemente hayan aprendido más sus creadores que nosotros.
Un movimiento cinematográfico? Definitivamente no. Un pseudo manifiesto artístico al que le ha faltado una gran dósis de experimentación a priori para llegar a un texto definitivo y conciso.
O es que acaso el manifiesto Dadaista fue el desencadenante del movimiento Dada? Pues no señores el Dada surgio 4 años antes de que su manifiesto se publicara en 1918.
Todo esto no quita, por supuesto, que se hayan hecho buenas películas bajo su estandarte.
Ten en cuenta que todos los movimientos cinematográficos anteriores murieron cuando ya no tenían nada mas nuevo que aportar, como la nouvelle vague francesa o el neorrealismo italiano. La nouvelle vague surgió también un poco como Dogma: un grupo de artistas hartos de cómo se estaba utilizando un lenguaje de expresión tan poderoso como el cine decide romper con todas las reglas de lo establecido y obtiene una repercusión mundial fuera de lo común. Lo que ocurre es que su repercusión fue mucho mayor (la época ayudó bastante), y sus intenciones mucho mas claras. Ahora mismo no recuerdo si existían una serie de normas escritas para una película de la nouvelle vague francesa, pero no creo que sea mala esa premeditación.
En todo caso, es cierta tu afirmación de que ha faltado un período de experimentación previo; no creo que el Dogma haya dado de sí todo lo posible, y se ha visto perjudicado por esa repercusión mediática que tuvo en sus comienzos. Pero repito, a mi lo que realmente me jode es que el público se deje llevar por su aversión a las otras formas de contar historias que aquí se plantean y se quede solo con eso, como que una película Dogma es una película en la que "uno se marea bastante" y se pierda un puñado de buenas (y tambien malas, muy malas) historias.
La Nouvelle Vague nunca llegó a morir sino que fue absorbida por el mainstream. Aquí sí que hablamos de un movimiento cinematográfico influyente que cambió la forma de hacer cine.
La Nouvelle Vague surgió de forma natural y no a partir de un manifiesto preelaborado, si bien es cierto que años después de su aparición se publicaron una serie de entrevistas con los responsables de su creación en Cahiers du Cinéma a modo de manifiesto.
Nace principalmente del existencialismo y del gran y profundo conocimiento cinemátografico expuesto por sus creadores en la revista arriba mencionada.
A diferencia del Dogma, la Nouvelle Vague influyó en la casi totalidad de los diferentes ámbitos participes de la creación cinematográfica, guión, dirección, edición, fotografía... Podríamos incluso decir que el Dogma está incluido dentro de las caracteristicas técnicas de la Nouvelle Vague que vinieron dadas por el acceso a nuevas technologías de la época (cámaras ligeras desarrolladas para el cine documental y película más rápida) lo cual favoreció el rodaje en exteriores (iluminación natural, sonido de localización, nuevos movimientos de cámara). Todo esto proporcionó el abaratamiento de costes y una mayor maniobrabilidad que derivó en la reducción de tiempo de rodaje favoreciendo así la experimentación y la improvisación.
De todos modos la gran fuerza de la Nouvelle Vague reside en la forma de contar historias, el tipo de historias que se cuentan y el tipo de protagonistas que aparecen, todo ello fundamentado en el pensamiento existencialista que aporta libertad remarcando la figura del individuo, la capacidad de libre elección y la ausencia de cualquier comprensión racional del universo a la vez que un cierto sentido del absurdo en la vida humana.
Encarados a un mundo indiferente, los existencialistas buscan actuar de forma auténtica tomando responsabilidad de todos sus actos en vez de asumir roles predeterminados dictados por la sociedad. Esto define a los personajes y las historias de la Nouvelle Vague: marginados, solitarios, jovenes anti-heroes que se comportan de forma espontánea, actúan de forma inmoral y son frecuentemente vistos como anti-autoritarios.
La Nouvelle Vague tiene mucha más miga y ha pasado a formar parte de la forma convecional de hacer cine. En otras palabras, es un movimiento de verdad.
El Dogma... que decir del Dogma?... que tiene un bonito nombre.
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