27 mayo 2005

Literatura efímera

La razón por la que no actualicé ayer es que estuvimos de práctica en la Escuela de cine marca ACME el día completo, de 8 a 22. Al final, todo un día para un par de planos (muy currados, eso si) que juntos no suman mas de ocho segundos. No quiero ni pensar como vamos a poder rodar el corto del que dirijo la fotografía en dos días, teniendo en cuenta que tiene mas de 50 planos (aunque muy cortos todos). Este fin de semana tengo que realizar el plan de ilumniación, a ver que sale de ahí.

Pero bueno, no quiero hablar mas de la escuela que me parece que este blog está desviándose demasiado hacia temas y problemas laborales, cuando no era esa mi intención. De hecho, es algo que siempre he odiado de los blogs que leo habitualmente.

El fenómeno de los blogs ha hecho que millones de personas crean que tienen algo que decir (entre ellos yo). No digo que me moleste, me parece perfecto, solo que no me gusta leer entradas del tipo "...ayer fui con A a cenar y cuando llegamos vimos a B que venía de tomar un cafe con C. Después A, una vez sentados en la silla del restaurante, me tiró una copa encima por lo que tuve que...", que son muy habituales en los blogs. Por eso digo que no se si mis historias o mis pequeñas revoluciones contra la escuela pueden catalogarse dentro de ese tipo de entradas. Ya de por sí me parece sorprendente que a alguien le pueda interesar lo que yo escribo, por no decir ya que me parece aun mas sorprendente que yo me atreva a escribir algo sabiendo que va a ser leído.

Yo diariamente no leo mas de tres o cuatro blogs, porque mas me parece excesivo. Y comentar solo comento en dos o tres, porque me he dado cuenta de que esto se puede convertir en algo realmente adictivo. No voy a desvelar ningún secreto si digo qué blogs leo habitualmente (están en la columna de la izquierda), pero sí diré que, de los mismos, me engancho especialmente cuando leo entradas sobre un determinado grupo o solista, alguna crítica musical cinematográfica o televisiva o alguna situación con la que me sienta identificado. Y me repele cuando el blog trata de la vida de alguien, como si fuera un culebrón, pues bastante tengo yo ya con la mia.

Hay gente que se lo curra mogollón, otros que se lo curran menos (como yo), pero es verdad que te acostumbras a una rutina diaria de "vamos a ver que se cuenta hoy ...", y cuando alguien que te tiene acostumbrado a actualizar no lo hace, comienzo a pensar en qué le habrá pasado para no hacerlo. Y entonces entro en una espiral de pensamientos del tipo estoy demasiado tiempo delante del ordenador, pordría invertir todo esto que escribo en algo menos efímero que un blog que me hacen sentirme muy mal.

1 comentario:

eurocero dijo...

Leer blogs es un trabajo como otro cualquiera, doy fe, que yo también "pierdo" mucho tiempo en ello.

Yo empecé hablando de mi vida, porque al principio el propósito de escribir un blog era, básicamente, que mis amigos me tuvieran un poco más cerca y ahorrarme unos cuantos e-mails. Tras darme cuenta de lo aburrida que era mi rutina y de que la mayoría de las veces no tenía nada sobre lo que escribir, pasé a ocuparme de otros asuntos, y a escribir sobre cosas con las que disfruto más haciéndolo.

Por cierto, igual no actualizo hasta el domingo, pero es que estoy liado :P.

Escribir siempre me parece algo provechoso, aunque sea en un blog. A mí me ha ayudado a autocorregir errores y, en seis meses, he notado una cierta evolución en mi forma de escribir. Hubo una temporada que estuve enganchado a un videojuego, y eso sí me parecía una pérdida de tiempo. Después de pasarme seis o siete horas seguidas en ello, al final, me preguntaba: ¿qué saco en limpio de las últimas horas? Nada, era la respuesta. De leer, o de escribir, siempre se saca algo.