11 diciembre 2007

Seventh tree

Ya se ha revelado el artwork del nuevo single de Goldfrapp, grupo del que soy muy fan y del que esperaba noticias por estas fechas. El single sale a la venta en algún lugar que no es España el día 3 de Febrero, y se llamará A&E. Y el disco, el 25 del mismo mes. A ver por qué sonidos se decantan, si por el ambient de Felt Mountain o por el sonido petardo-elegante de Black Cherry. Pero que no mezclen las cosas como en Supernature, por favor. A esperar toca....

Desaparecida

Viendo que la huelga de guionistas ha hecho que las series que seguía hayan llegado a una season-finale inesperada (por lo temprana), me puse a rebuscar una serie a la que hincarle el diente. Y recordé que, hace unos meses, teniendo la 1 de fondo, me sorprendí viendo algo (no sabía si era una serie o una película) que me sorprendió porque, de entrada, la fotografía era bastante atractiva. Después tuve que dejar de verla porque mis compromisos con la ficción norteamericana me impedían compaginar otra serie más (eso o mi vida social), pero me quedé con el regusto de que había visto algo que me había interesado.

Hace poco puse a bajar el primer capítulo de Patricia Marcos: Desaparecida y lo que ha venido después ha sido un enganche total. La serie está muy bien realizada (y cuando digo muy bien no quiero decir eso de "no parece española", sino que en todos sus aspectos está a un excelente nivel -la productora es Grupo Ganga, la de Cuéntame...-), la fotografía está trabajada hasta el más mínimo detalle, las localizaciones existen y son variadas (y no se reducen a explotar un coche en un polígono), las interpretaciones están ajustadas (Carlos Hipólito, ser por el que no sentía especial simpatía, hace de un padre comedido a veces, histriónico otras pero siempre con el tono justo), la historia da para mucho (a pesar de que se trate de una clásica historia de whodunnit?) y sobre todo la serie está rodada con la intención de alejarse todo lo posible de los clichés televisivos españoles (a pesar de tratar un tema tan trillado como la desaparición de una persona), intentando crear un producto de calidad que toma como referente a la ficción cinematográfica.

Pero sin duda, lo mejor de todo es la presencia de ese GRAN ACTOR que es Miguel Ángel Solá (que sabiamente abandonó una propuesta tan original como R.I.S a los 15 días de rodaje para incorporarse a Desaparecida), el teniente de la Guardia Civil que investiga la desaparición de Patricia Marcos, y que con sus miradas, gestos y susurros no necesita nada más para regalarnos unos momentos de auténtico placer. Sin duda, lo mejor, pero no lo único: todos parecen haber nacido para sus papeles, incluso Luisa Martín, la inefable Juani del Doctor Nacho Martín que pareció haber muerto como actriz tras la serie. Y por increíble que parezca, en España hay una actriz-niña que actúa bien: se llama Bárbara Meier y en ella se podían fijar la multitud de niños-loro que se dedican a recitar de memoria sus papeles, y que casi con toda seguridad, no evolucionarán hacia nada mejor en su carrera que eso.

Y una última cosa por si no están del todo convencidos: algunos capítulos (creo que uno y medio por ahora) están dirigidos por Jorge Sánchez-Cabezudo, autor de esa pequeña gran cosa llamada La noche de los girasoles.

03 diciembre 2007

Mi gran noche

"Si los franceses conservan como oro en paño al retirado Charles Aznavour y los americanos defienden con uñas y dientes el talento de Sinatra, no nos quedemos atrás como en tantas ocasiones: tenemos a Raphael. Aprovechémoslo. Es para sentirnos más que orgullosos."


Esto no lo digo yo, sino Ricardo Castillejo en la crónica para Diario de Sevilla del concierto que Raphael dio el sábado en el teatro de la Maestranza. Ni que decir tiene que suscribo todo el párrafo anterior y mucho más después de haber asistido a dicho concierto.

Aunque al principio el público me desconcertó un poco (abuelas impedidas, señoras con más piel en sus abrigos que en su propio cuerpo y zagales de esos a los que nadie se atreve a decirles que ni las patillas, ni los naúticos, ni la chaqueta-con-pañuelo-de-seda les queda bien), una vez dentro todo se difuminó. A las 20.30 de la noche (hora de comienzo idónea para su target) dio comienzo un concierto cercano a las 3 horas en un escenario en el que estaban él y ocho músicos. Un piano, un bajo, un contrabajo, dos órganos, una guitarra, una batería, unos bongos y ningún refuerzo vocal para un tipo que se pasó todo el concierto, sin descanso, interpretando canciones (unas cuarenta). Es verdad que inicialmente temía que el concierto fuera un muestrario de temas del último disco. Y así comenzó. Pero en cuanto sonaron los acordes de Mi gran noche, mis dudas se disiparon. Encadenó todos los éxitos que yo recuerdo (Qué sabe nadie, Yo sigo siendo aquel, Como yo te amo, A mi manera, Para volver a volver, Digan lo que digan, Yo soy aquel, Hablemos del amor, Enamorado de la vida...) y entendí porqué este tipo lleva años en esto y porqué está por encima de modas, discos, industria, discográficas o críticas personales: es excesivo, divo hasta la extenuación, le encanta el aplauso fácil y se comporta como una parodia de si mismo. Pero cuando abre la boca, escuchas las letras y oyes los arreglos todo lo primero no hace más que engrandecer a lo segundo.

Recomendable para todos aquellos a los que sus prejuicios no le impidan reconocer ciertos gustos musicales. Relajáos, que no pasa nada porque os guste Raphael...

PD: Gracias a nico por el robado.