Reencuentro
Hubo un tiempo en que Lawrence Kasdan parecía que iba a subirse al carro de otros cinestas de la época (Spielberg, Lucas,...) que despuntaban en la industria americana: coguionista de El imperio contraataca y El Retorno del Jedi, guionista de En busca del arca perdida, Grand Canyon y director de Fuego en el cuerpo, El Turista accidental o Silverado. Al final, el señor Kasdan se ha quedado como corrector o levantador de guiones (una especie de " anda, Lawrence, mira el guión que han escrito para la segunda parte de xxxxxxx, a ver si me lo puedes reescribir para que no termine de hundir al estudio") y director un tanto mediocre. Sus últimas películas, lejos de acercarle a lo que parecía que iba a ser, le acercan cada vez mas a ese terreno vacío y aséptico en el que están directores como Ron Howard o Barry Sonnenfield: la absolutamente fallida y horrenda adaptación de la novela de Stephen King El cazador de sueños, la entretenida Mumford, o la convencional y un poco ñoña French Kiss. Supongo que su nuevo proyecto como guinista, director y productor The Risk pool le devolverá, sino el prestigio, sí el dinero que debe de haber perdido todos estos años, ya que tiene a Tom Hanks como protagonista y eso hoy por hoy es una apuesta casi segura.
Todo esto viene a cuento porque ayer, tras mucho tiempo, pude ver una de sus películas: Reencuentro. Una historia sobre la reunión de grupo de amigos yuppies durante un fin de semana tras la muerte de uno de ellos. La película, de la que había oído hablar muchas veces, no es mas que la típica historia que tanto gusta por allí de vamos a a hacer un check point de nuestra generación, vamos a retratar en cada personaje a un tópico de la sociedad americana y vamos a ver cómo se lamentan por lo que pudo haber sido y no fue.
No está del todo mal, pero es taaaan típica que asusta: la banda sonora recupera títulos de la época (algo casi imprescindible cuando se hacen películas de este estilo, véase Los amigos de Peter ); los personajes son muy arquetípicos, y pretenden abarcar el espectro de esa generación: el mutilado en Vietnam, la pareja feliz, la pareja infeliz, la estrella televisiva, la soltera con ganas de ser madre... De la realización tampoco hay mucho que destacar: la historia no daba para mucho. A pesar de eso, es un acierto la manera que tiene el director de introducir a los personajes: se basta de unos pocos planos para dejar claro cómo es cada uno, sin necesidad de decir ni una palabra, tan solo con gestos y acciones. Algo parecido a lo que hace Spielberg al inicio de La Lista de Schindler y otros muchos mas que ahora desconozco/no recuerdo.
Sin duda, una película que no será recordada por nadie excepto por aquellos (como yo) fanáticos de las imágenes, la estética, las voces y los argumentos de las películas de los 80, de los que esta película es una digna representante. Bueno, por esos y por Kevin Costner, que vio como toda su intervención fue recortada en la sala de montaje y su personaje desapareció literalemente del mapa. Desconozco si interpretaba al muerto, pero el caso es que ni en las escenas eliminadas aparece, lo cual debe de ser bastante humillante.