La pela es la pela

Al parecer, Loles León no se incorpora definitivamente a la serie "Aquí no hay quien viva". Diferencias (económicas) con el productor de la serie han hecho que en todos los periódicos de este pais se escriban rios de tinta sobre el tema.

Loles le pedía a Jose Luis Moreno alrededor de 50000 euros. El productor le ofrecía 40000. Y esa diferencia ha hecho que se rompan los lazos definitivamente. A pesar de que hace unos dos meses, la aparición de la actriz en el programa de Canal+ Lo+plus levantara de nuevo las esperanzas de muchos de los seguidores, al final la actriz se ha decidido por otro proyecto: coprotagonizar una serie para Globomedia (¿reutilizarán otra vez los decorados de Periodistas?) con Amparo Larrañaga, que se llamará Fuera de control. La serie, ambientada en el mundo de la televisión, tiene buena pinta, aunque esto, evidentemente, será solo un espejismo, pues Globomedia se encargará de reciclar ideas, actores y guionistas que trasladarán sus historias y personajes a esta nueva serie, y dará igual que se hable de la televisión, porque al final siempre estará el abuelo, el amigo gay, la chacha andaluza y las situaciones-con equívoco-y-resolución-final-tronchante de las que tanto abusan. Lo de siempre.

Lo de Loles ha sido un tira y afloja con los productores que al final ha ido en su contra. Estas cosas no suelen salir bien, a no ser que se hagan bien hechas. El mejor ejemplo: el de los protagonistas de Friends: cuando iban por la temporada 5ª creo, y para presionar a los productores, amenazaron con abandonar todos la serie si sus sueldos no subían a un millón de dolares por capítulo. Evidentemente lo consiguieron. Y Loles, que encima ha visto como la serie tenía el mismo éxito con ella que sin ella, se ha visto eliminada de la misma por no ser necesaria para la continuidad de la misma.

En la historia han ocurrido otros abandonos de series: famosos en mi casa son los casos de Kiti Manver en Menudo es mi padre, que ante una petición de subida de sueldo, los productores se limitaron a matarla de cáncer (serie en la que el mismísimo protagonista, El Fary, permaneció varios capítulos en el hospital, tiroteado, mientras duraban las negociaciones sobre su aumento de sueldo).

O el de Cosas de casa, en el que, de un día para otro, dejaron de aparecer dos personajes sin dar ninguna explicación: la hija menor de los Winslow y el sobrino, el tal Richie con la cabeza llena de rizos. En estos casos no tuvieron la poca vergüenza de sustituirlos por otros actores. Pero no todo el mundo corrió la misma suerte: la madre de Will Smith en El príncipe de Bel Air, que de un capítulo para otro engordaba 50 kilos o volvía a adelgazar misteriosamente (hasta que me di cuenta que eran actrices diferentes) o la Bonnie o April (según la actriz que la interpretara) de El coche fantástico, que supongo se cansó de tanta tontería de coche que hablaba y fue sustituida por otra.