Super 8
Primer dia de rodaje de mi vida: haciendo de eléctrico (el último eslabón en la cadena del equipo de iluminación). Un dia largo, pesado, e improductivo en general, con algunas excepciones. Empezaba el día a eso de las 8 de la mañana en la escuela, para preparar el plano de una habitación amarilla con una chica; ella está separando dos montones de papeles en los cuales se puede leer, alternativamente, las palabras "Vida" y "Mente". La cosa va de que la chica padece un embarazo psicológico que; al descubrir que no es real, se suicida sin saber que realmente sí que estaba embarazada de verdad. Rollo psicológico un poco patético, la verdad.
Creo que todo lo que esperaba que saliera mal en un dia de rodaje pasó ayer: falta de organización, tiempos de espera bestiales, problemas técnicos, de decoración, de atrezzo, director sin carácter, equipo sin respeto al trabajo de los demás... Pero bueno, es un corto en el que todos estamos aprendiendo y se perdona todo un poco. Pero no pude evitar pensar en la cara de todos aquellos que vean el corto, en plan Cayetana cuando tiene que visionar algún corto de Lluvia Pérez.
Una de las localizaciones era el cementerio de Sevilla, y alli que nos fuimos a rodar unos planos con la grúa, lo que me permitió conocer lo último en tumbas, cruces y estatuas: desde la de Paquirri o Juanita Reina a otras absolutamente delirantes como las de dos hombres de raza gitana cuyo epitafio era "Con dolor te tuvimos, con dolor te perdimos", una tumba de un niño en la que los padres habían creado, con flores, un escudo del Betis gigantesco o mansoleos donde guardar 7 u 8 tumbas más grandes que cualquier piso de estudiantes.
Dejando a un lado lo del rodaje, que como primera experiencia repito no estuvo mal,he estado hoy en el mercadillo de objetos usados, el cual hacía tiempo no visitaba. Iba sin intención de comprarme nada, pero al final me he hecho con el LP Grandes Exitos de Bananarama y con un reproductor de Super-8 por 5 euros. Ahora que ya he conseguido la cámara de Super 8 ya tengo tqambién el reproductor, para poder ver todas aquellas cintas de cuando era pequeño y que hace años que no veo; ni siquiera me acuerdo de qué iban; sólo recuerdo el olor de aquel proyector que mi madre nos colocaba los sábados por la tarde cuando llovía, en el que veíamos todas aquellas películas de Laurel & Hardy que tanto me gustaban y que tantos recuerdos me traen.
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