10 noviembre 2005

Nacional III

Cuando media blogsfera está rabiosa por que no le ha gustado el disco de Madonna, yo sigo a lo mio y publico posts menos universales y mucho mas localistas, como el que hoy me afecta personalmente, y que me tiene de bastante mala leche.

No se si lo he dicho alguna vez, pero aquí donde me ves, soy censor de un foro. Censor por llamarlo por su nombre, porque hay otros que prefieren eufemismos como Administrador. Pero entre nosotros, un administrador es un censor, con la labor adicional de recolocar los mensajes en las diferentes categorías cuando estos son publicados en sitios erróneos.

Pero vuelvo al tema: soy censor. O mejor dicho, era censor. Porque ahora, directamente, he recibido la orden de eliminar de un plumazo el foro de la web que he creado y mantengo con todo el sudor y las lágrimas del mundo. Tanto esfuerzo para nada. Tanto picarme un foro desde cero, con sus categorías, su administración de mensajes, su filtro de moderación, sus iconitos, la paginación... Todo a la mierda. Y todo porque la gente se ha puesto a opinar sobre las altas esferas. Y claro, una cosa es que en los pasillos se digan cosas sobre ti y otra muy distinta que estas cosas queden escritas en alguna parte. Es lo que tiene la gente de letras (y utilizo este término de manera despectiva, para hacer referencia a aquellos seres que levantan el crucifijo ante cualquier nueva propuesta tecnológica).

He lanzado un último órdago a la alta esfera para no tener que llegar a un final como este, y estoy esperando la respuesta. En caso de que no, pues quedaré como el hijoputa mayor del reino, el que coarta las opiniones y el que no tiene ningún escrúpulo en volver a los métodos de la dictadura. En caso de que sí, pues tendremos foro hasta el próximo calentón.

Y todo esto callado; sin poder decir nada la respecto en niguna parte. Permítanme que me desahogue...


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