06 junio 2005

El Alejandro Dumas sacrílego

He empezado a leer este fin de semana Ángeles y Demonios de Dan Brown, el autor de El código Da Vinci. Me había leído este último, y el otro me lo habían regalado hace unos meses, pero a la hora de elegir estre Ángeles... y Cabo Trafalgar de Pérez Reverte me había decidido por este último. No se en qué momento este autor (que me fascinó con sus artículos semanales o con su novela El club Dumas) empezó a interesarse por el mar, pues en ese momento dejó de interesarme a mí. En esta última novela (y me cuentan que en la anterior también), su prosa se ha vuelto descuidada, amiguesca (si es que existe esa palabra), de tasca. Sus argumentos son enrevesados y el uso de una gran cantidad de términos navieros hace que te pierdas constantemente y que la lectura se haga tremendamente pesada. Me cuentan que es una novela de encargo, pero eso no quita para que no encuente ni un atisbo del autor que me mantuvo en tensión durante la lectura de aquel Club Dumas y que me hizo interesarme por ese otro gran novelista que es Alejandro Dumas ( y del que tanto beben tanto Dan Brown como él).

Dan Brown sabe que cualquier historia que verse sobre Cristianismo y simbología tiene el éxito garantizado (por lo menos a mi me encantan). Si esto lo adornas con puzzles, ambigramas, pasadizos y puertas que se abren tras un resorte, sólo te queda elegir una historia mas o menos creíble. Quizá ese tono, esa manera de contar historias en las que el antihéroe se enfrenta a toda una trama imposible con referentes religosos es lo que me hace zambullirme de esta manera en sus tramas.

Ángeles y Demonios sigue la misma estela de El código Da Vinci: es una historia previa (que no precuela) en la que el personaje principal es el mismo, un profesor de simbología religiosa que, cual Indiana Jones, tiene que salvar a toda la Iglesia Cristiana de una antigua secta científica que quiere destruirla. Todo esto mezclado con bombas de antimateria, elecciones papales, fumatas blancas y asesinos en serie. Lo mejor de todo es que no sabes qué es real y qué es inventado por el propio autor. La lectura del libro lleva un trabajo paralelo de investigación para ver cual de sus teorías es posible. Lo sean o no, lo que no se le puede negar es su capacidad de montar y argumentar dichas teorías, para que pasen como ciertas (es capaz de hablarle al gran público de antimateria y de la secta de los Illuminati y que éstos no se sientan perdidos.).

De momento me tiene enganchado. El autor adolece del uso de ciertos recursos folletinescos (algo de lo que adolece también Reverte, pero heredado en los dos casos de su maestro Dumas), pues desarrolla, en capítulos muy cortos (y por tanto fáciles de leer) varias historias que se encuentran entre sí. Lo de folletinesco viene porque es habitual que las tramas de un capítulo den vueltas sobre sí mismas para acabar con un "y de repente se abrió la puerta y Robert Langdon no podía creer lo que estaba viendo" y pasar al siguiente, que seguramente se encargará de otra trama paralela. A mí como lector que quiere pasar un buen rato, estos recursos no me molestan en absoluto, pero entiendo que la crítica se mosquee con el éxito de este señor.

Ángeles y Demonios
ha recibido numerosas críticas por ser publicado después del éxito del Código..., sobre todo cuando fue escrito unos años antes. Es bastante parecido al anterior (personajes, estructura, historias de amenazas contra la Iglesia, crimen con simbología religiosa...), como si el autor hubiera ensayado aquí todo lo que después iba a explotar en el Código Da Vinci. Como ya he dicho, a mi no me molesta en absoluto, estoy tremendamente enganchado a una novela folletinesca (no veo que hay de malo en ello) con un pulso y un ritmo que para sí quisieran recuperar otros autores (y no quiero citar a nadie...)

> Parecidos con El Código Da Vinci y errores cometidos por el autor en Ángeles y Demonios
> ¿Qué es un ambigrama?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí.
Yo también me leí en su día el Código Da Vinci, me lo compré incluso y me lo terminé en 4 días, me enganchó muchisimo.
Me gustaban las 2 historias que planteaba,la de los personajes y la del rollo anti-eclesiastico + anti Opusino.
Me tiraba mas el rollo anti-clero ... la verdad.
Recuerdo que pensé en leerlo de nuevo y sacar todas esas citas demoledoras vaticanas, pero desistí cuando me enteré que algunas de las citas que Dan Brownmenciona no son ciertas o se basan en simples comjeturas o habladurías.
Aún así ,la lectura fue muy gratificante pues hizo que me reafirmase en mis nulas convicciones religiosas y en esa idea cada día menos absurda, que tengo sobre la historia y sobre aquellos que la cuentan... que al final es todo muy subjetivo y que hay que cogerlo todo con pinzas o ponerlo en cuarentena.

Anónimo dijo...

Pérez Reverte escribió "Cabo Trafalgar" por encargo. Alfaguara se empeñó en que fuera él quien lo escribiera, hubo una documentadora y él lo estructuró todo. Ha escrito eso por una cantidad indecente de dinero. Lo peor es que se puso a la cabeza de libros más vendidos. Yo de tí, no esperaría mucho de este libro. Dale otra oportunidad. En este libro no es él.

Anónimo dijo...

Ah, una cosa, no quiero que penséis que Arturo es santo de mi devoción... sólo escribo esto porque estaba al tanto de las condiciones bajo las que se publicaba este libro.