22 enero 2008

I can't make it alone

Siempre he tenido la costumbre de, cada vez que escucho una canción, intentar imaginarla como banda sonora de una situación que me gustaría vivir. Digo gustaría porque normalmente son cosas que no puedo hacer o no se dan las circunstancias para hacerlas. De repente oigo Only a fool would say that en la versión de Ivy y me imagino en el descapotable de Cary Grant en "Atrapa a un ladrón" por las carreteras de Mónaco o Saint Tropez o No hay problema de Pink Martini mientras ruedo una película en la que sólo aparece Carmen Maura haciendo de chacha y recogiendo los trastos del ático de Mujeres al borde de un ataque de nervios.

Muchas veces me gustaría ver mi vida desde fuera, como un espectador único que asiste a una proyección privada, en la que pudiera valorar mis actos, mis pensamientos y mis acciones. Este domingo, mientras me despedía de alguien que se iba por un tiempo indeterminado a otra ciudad, echaba de menos todo aquello que hubiera hecho de la escena un plano maravilloso: las emociones estaban allí, pero yo echaba de menos un vestido tipo el de Holly Hunter en El Piano, una buena lluvia, un barrizal en condiciones y la música de Michael Nyman repitiéndose en un loop infinito mientras yo me tiraba al suelo y hacía que el vestido se hinchara como una de las escenas que visualmente más me impactaron en su tiempo. Al final no hubo nada de eso, solo una despedida rápida para evitar exponerme demasiado y muchas emociones contenidas de las que me desahogué en privado.

Después, oyendo una y otra vez una de mis canciones favoritas de los últimos días (y que ya he agradecido a quien tenía que agradecer por descubrírmela), me he dado cuenta que estaba equivocado: que esa canción podría acompañar perfectamente a esta foto que acabo de encontrar y que ha motivado la escritura de esta entrada. Yo el domingo también fui un poco el perro de esta foto, acompañado por el Yesterday When I was young de Dusty Springfield.

2 comentarios:

elbuenaviador dijo...

Creo que no es necesario comentar nada, o lo haré en privado.
Una maleta enorme, una ciudad bonita, estrés laboral y ganas de descubrir cosas nuevas no son suficiente si sientes que algo te falta permanentemente.
Sobrevolando la Alhambra.

Anónimo dijo...

Tienes buen gusto para escoger fotos ;)