08 enero 2008

Siete novias para siete hermanos


Si algo he hecho en estas fiestas inmundas ha sido ver cine. Como un poseso. Bueno, cine y Alias, que me tiene en un vilo a punto de terminar la primera temporada. Solo de pensar que me quedan cuatro siento vértigo y emoción por todo lo que aún me queda por ver.

Entre las cosas que he vuelto a recuperar se encuentra Siete novias para siete hermanos, musical que me fascinaba de pequeño y que hace poco alguien tuvo a bien regalarme. Decir que la revisión ha sido decepcionante es decir, sin duda, mucho. De veras, no recordaba algo tan cursi desde... vamos, que no lo recuerdo (bueno, Brigadoon está ahí ahí). Ver a 7 gañanes comportarse como garrulos y de repente ponerse a montar coreografías mientras talan árboles o cómo abren sus bocas y de ellas no sale una voz normal, sino una voz de tenor hace que se te caiga todo por los suelos, y da la razón a todos los que denostan los musicales precisamente por eso.

Además la copia en DVD es bastante mala, no ya por la falta de extras (trailer y making of en el que el único interés es ver los caretos de los/las protagonistas años y kilos de Botox después) sino porque el master del que ha sido extraída está en condiciones deplorables. Lo mejor de un musical clásico que es el colorido de la imagen aquí no se aprecia en absoluto, ya que los colores están apagadísimos y la imagen pasa por plana casi todo el tiempo (que aprendan de la edición de Rebelión a bordo, un ejemplo a seguir). Si el aspecto visual fuera como debiera, podríamos perdonar que los protagonistas carezcan de carisma, que la historia sea inverosímil (vale, se basa en la leyenda Romana de El rapto de las sabinas), que los decorados canten más que en Obsesión o que la historia se resuelva en 30 segundos (verídico).

Como curiosidad, decir que la película fue el sleeper de la temporada, recaudando mucho más que su hermana mayor (y a la que favorecieron recortando el presupuesto de Siete novias...) Brigadoon, y que se rodaron dos versiones a la vez, una no-Cinemascope y otra en Cinemascope ya que no todos los cines estaban preparados para emitir en este formato. Ni que decir tiene que la primera versión nunca se emitió.

De todo, destacar la escena del granero, por lo complicado que tuvo que ser rodarla y porque realmente queda espectacular en pantalla. El resto, vistas tantas cosas, es bastante mediocre y sólo apto para bocas ávidas de almíbar. Si quieren ver al verdadero Donen dirigir un musical ESPECTACULAR y a Gene Kelly protagonizarlo, pasen de este y refugiense en otro que de verdad es todo lo que promete.

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