10 marzo 2006

Cargo

Ayer, mientras volvía de mi desayuno de pseudo funcionario, una viejecita me paró por la calle preguntándome si quería ir al cine gratis. Evidentemente dije que sí, y allí estábamos anoche rodeados de gente cuya edad media podía superar perfectamente los sesenta años, viendo Cargo, una extraña película (extraña por lo incomprensible de su reparto, tipo las coproducciones europeas en el que hay un actor de cada país, para que se note quién ha aportado el dinero y cuánto dinero ha aportado) dirigida por Clive Gordon (autor de documentales que se pasa al largo y que no ha comenzado con muy buen pie su carrera) y escrita por Paul Laverty, antiguo colaborador de Ken Loach en la escritura de algunas de sus películas (Felices dieciséis o La canción de Carla) y que supongo tenía ganas ya de librarse de tanto cine social y comprometido e ir directamente al entretenimiento puro y duro.

La película cuenta la historia de un hombre (Daniel Brhül) que debe escapar de un pais africano donde le han robado toda la documentación y de donde no puede salir porque le han robado toda su documentación (¿Por qué está allí? ¿Cómo es posible escaparse tan fácilmente de la policía? ¿Quién es tan tonto como para robar una pulsera en un pais africano?). Para ello, se cuela en un barco gigantesco de contrabandistas con rumbo a Marsella, en el que convivirá con un grupo de marineros (eviten el chiste, por favor) que tiene como afición tirar por la borda a todos los polizones que encuentren en el barco durante el trayecto (pero incompresiblemente, a él lo adoptan y lo protegen: será que solo te tiran si eres polizón y negro)

No se por donde empezar para destripar la película, porque realmente no hay por donde cogerla. Para empezar, los personajes están caricaturizados hasta un extremo imposible: los marineros (no se si ocho o diez, perdí la cuenta) son brutos a mas no poder, y no aportan absolutamente nada cuando abren la boca para gruñir. No dicen dos palabras sin soltar un taco y gritar, y el guionista pone en su boca diálogos como estos:
Capitán: "Id a registrar la bodega y encontradlo!"
Marinero 1: "Eso, que no quede ningún cabrón vivo"
Marinero 2: "A por ese hijoputa"
Marinero ·: "Vamos, encontraremos a ese cabrón"

El personaje del capitán, interpretado por Peter Mullan (vaya flaco favor que le ha hecho el guionista de Ken Loach en recomendarlo), es de esos que hablan con metáforas todo el tiempo, y que tiene un oscurísimo pasado que debe haber sido horrible para hacer las cosas que hace. Esto (el misterio de algo que ocurrió en el pasado) es lo que pretendidamente hace avanzar la historia; pero puedo decir que no, que es precisamente lo que la hunde. Durante una hora y media intentando saber qué pasó en el barco para... descubrir al final que no pasó nada.
Los personajes tiran gente por la borda para no pagar la multa que le impondrán en el puerto si los descubren. No busquen mas.

Luis Tosar, la aportación mas visible española, actúa con el piloto automático requerido en este tipo de películas. Parece que pasaba por allí y le pidieron actuar. Encima, si le piden que vaya hecho un cerdo y con barba a lo Fray Leopoldo, pues el en su salsa. Para mas inri, se dobla a si mismo, aunque bueno, no se nota demasiado, porque mas que hablar parece que gruñe cada vez que abre la boca.

El único que se salva es Daniel Brühl, que consigue poner cara de asustado durante todo el metraje, no se sabe si por la historia o por ver lo que estaban perpretando los que le rodeaban... Además hay fallos de fotografía, desenfoques evidentes, incoherencias en la historia, cosas que pasan por que sí, y una escena final tipo "La Piedad" que no tiene desperdicio (por lo sonrojante).

La fotografía es lo único que parece pensado y trabajado en una cinta en la que era muy fácil conseguir la sensación de claustrofobia que ahogara al espectador y le hiciera identificarse con el protagonista (un barco en medio del mar lleno de entresijos, pasillos y habitaciones) , pero parece que sólo el director de fotografía se planteó esta posibilidad, y el guionista y el director se empeñan en destrozar las sensaciones que éste provoca.

Y todo esto para una película que muestra, en su cartel promocional, la frase "Magníficamente rodada... excelentes interpretaciones" (Geoff Gilmore, director del Festival de cine de Sundance) y "Inquietante... áspera y febril como un latido" (La Razón) . Si así está el nivel de calidad, no me quiero ni imaginar lo que vendrá si esta infumable cinta tiene éxito. Esperemos que no.

5 comentarios:

El portero dijo...

Por lo que acabo de leer. Debo ir corriendo a las salas de cine a ver la peli. Jajaja. Que manera de despotricar contra una película. Así debe de ser...

Un domingo de sol dijo...

pos vaya, me dejas a cuadros... Había oído cosas de la peli durante su rodaje y la verdad es que tenía curiosidad por verla, sobre todo por Daniel Brühl, que creo que es uno de los jóvenes actores más interesantes... pero después de tu comentario... mejor que no. La verdad es que no tengo mucha ocasión de ir al cine y si voy prefiero apuntar más y ver algo mejor. Esta semana, espero ver Crash... Bueno, y la que mencionas, tengo q decir que La Canción de Carla es una de mis películas favoritas (y eso que el cine social comprometido no es precisamente mi fuerte), pero me parece q sus protagonistas están geniales, cómplices, en su justa medida.

Mambotaxi dijo...

Ya digo que a este hombre (el guionista) el cambio de registro no le ha sentado nada bien, pues estaba bastante bien considerado como guionista "social" hasta ahora.

Y hombre, no quiero quitar las ganas a nadie... cada uno que la vea y después juzgue. Pero a mi relamente me pareció tremenda...

Anónimo dijo...

hola mambotaxi, enhorabuena por la critica de cargo, es una de las más extensas y acertadas que he leido en internet. me encantaría tener tu crítica de cargo publicada en portada de www.muchocine.net

si quieres escribeme a webmaster@muchocine.net

muchas gracias y enhorabuena

Anónimo dijo...

Desayuno de "pseudo-funcionario" ... O sea que desayunas prefentemente entre las 10:00 y las 11:30 ,en una cafetería de mala muerte del Centro de trabajo(con precios populares eso sí) y rodeado de otros especímenes de tu género.

Por otro lado ,,, mira que bien , que te cojan la crítica para una güeb... está claro que lo tuyo es el ciiiiiiiiine, como diría nuestra amiga Truca.

Enhorabuena, nene.