Cruising funcionarial

Hasta hoy no había sido consciente de lo que ocurría en el sitio en el que trabajo. Me refiero a lo que ocurría detrás de las puertas de los servicios, pasillos y algunos despachos. En mi lugar de trabajo, si eres gay y no ligas es porque no quieres. No digo yo que un amor duradero te esté esperando al lado de la máquina del cafe, pero si que puedes encontrar un polvo aquí te pillo aquí te mato muy fácilmente.

Trabajo en el sitio donde se concentran mas gays por metro cuadrado de toda Sevilla. Eso es algo que ya sabía. Pero claro, hasta hoy no había asistido al primer caso de cruissing (o como se escriba) en mis narices. Mi despacho está al lado de unos servicios que, por lo visto, son un lugar de encuentro para mucha gente.

No es que yo me asuste por esto del cruissing, pero claro, me ha sorprendido que la gente tenga tanta cara para entrar descaradamente al servicio para hacer cositas, delante de todo el mundo. Sobre todo porque yo me había dado cuenta de lo que iba a pasar, pues he estado un rato observando el proceso de los dos susodichos: yo te miro, tu me miras; te aguanto la mirada un ratín y entonces empiezo a moverme hasta que cruzo la esquina. Tras desaparecer, vuelvo a aparecer un poco para que veas cuales son mis intenciones y me dirigo al lugar donde ocurrirá el encuentro. Si el otro viene, ya está todo hecho.

Después lo he comentado con una compañera y ella ha sido la que me ha abierto los ojos. Me ha contado historias truculentas sobre gente con la que trato a diario, puertas de despachos que se abren y descubren a un jefazo con la bragueta bajada y un armario entreabierto o bedeles que persiguen a jovencitos recién llegados. Y entonces me he puesto a pensar qué es lo que el jefe le habría prometido al empleado para que éste le hiciera el trabajillo. O qué lugar elegiría el bedel para tirarse a los jovencitos, pues tiene las llaves de todo el edificio.

Como ya digo no es algo que me asuste, pero si me sorprende que esto pueda ocurrir en un organismo público y entre gente con un alto cargo. Supongo que pasará en todas partes, pero no te lo planteas hasta que ocurre en tu trabajo. Y la verdad, eso lo hace mucho mas emocionante.