10 septiembre 2004

Big Burton

No es fácil acercarse a Tim Burton desde una perspectiva convencional: su cine exige del espectador una gran abstracción del mundo que nos rodea para adentrarnos en el suyo, mucho más divertido, original y emocionante que en el que nos encontramos. El acercamiento a sus películas se disfruta mucho más cuanto mayor sea el conocimiento de su obra.

Si repasamos la carrera del cineasta, comprendemos que ninguna de sus películas puede pasar por “convencional”: en algunas, la originalidad está en la historia (Eduardo Manostijeras, La Gran Aventura de Pee-Wee), otras en sus personajes (Beetlejuice, Mars Attacks!) o simplemente en su manera de contarla (Pesadilla antes de Navidad o la que nos ocupa, Big Fish). En el fondo, esta mirada especial que posee para adentrase en las fábulas que conoce o que crea, le hace ser una apuesta segura a la hora de decantarnos por él en una sala de cine.

Big Fish es una fábula de fábulas. El cinesta cuenta la historia de Ed Bloom, un padre de familia (interpretado en su madurez por Albert Finney y en su juventud por Ewan McGregor) que cuenta, a quien quiera escucharle, su vida, a su manera, y siempre a través de fábulas e historias increíbles. A través de una estructura narrativa basada en flashbacks, asistimos al espectáculo de la vida de Ed. Su hijo Hill (Billy Cudrup), asiste a la decepción de darse cuenta que, la historia de su familia no es tal y como se la ha contado su padre, sino que éste la ha aderezado con numerosos elementos increíbles. Ésta es la excusa que utiliza el cineasta para volver a reunir, después de mucho tiempo separados, a padre e hijo y aclarar todo lo que no pudieron hacer en vida.

Tim Burton consigue así realizar una película emocionante, original en su planteamiento y personajes (freaks a los que cogemos cariño nada mas aparecer en pantalla), con un final que no traiciona en absoluto el espíritu de la película ni el planteamiento del cineasta sobre la misma. Aunque en realidad, esto no es nada nuevo, pues es lo que lleva realizando a lo largo de su filmografía (incluido “El planeta de los simios”) uno de los cineastas mas coherentes con su carrera dentro del panorama actual.

Todos los protagonistas están creíbles en su papel, pero destacan sobre todo los innumerables secundarios que consiguen trasladarnos a un mundo irreal y comprender, por un momento, lo que debe ser vivir en la cabeza de este genial artista que es Tim Burton.

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