10 febrero 2009

Conectamos en directo

Oh my god... estaba comiendo y me he encontrado con ella: Ángela Rodicio ha vuelto. Tras su rocambolesca salida de TVE en la era Urdazi, creía que esta mujer se había metido a presentadora del tiempo en alguna televisión rusa de esas que te obligan a salir desnudo. Pero no, ahí ha estado agazapada y esperando el momento para volver. Supongo que en tiempos de ERE's y jubilaciones anticipadas a TVE le costará encontrar profesionales no ya que tengan valor de irse a Oriente Medio, sino que puedan hablar con conocimiento de causa de lo que allí pasa y porqué pasa lo que pasa. La Rodicio será más o menos simpática, se habrá comprado sus trapitos con cargo a la visa de RTVE (o no, que no lo se), pero de Oriente sabe un rato. Y gracias al cielo, no llega a los límites de prepotencia, desagradabilidad y mala presencia de Enrique Zimmerman, el corresponsal de A3 en Jerusalén que parece que ha ganado la plaza de por vida.

En esto de las corresponsalías está claro que TVE lleva la ventaja a todas las televisiones nacionales. Ahora mismo es la que más gente tiene desplazada a capitales mundiales, y es la única que no los humilla encargándole noticias del tipo "la moda llega a los rabinos" o "¿cuánto dinero que se recauda de recoger las monedas de todas las fuentes de Roma?". Si un corresponsal de TVE te cuenta algo es porque lo que te va a contar es consecuencia de un background y un análisis que te aleja un poquito más del pensamiento tópico que tienes sobre la zona. Y eso yo, lo agradezco. Porque hablamos de corresponsalías internacionales pero... ¿qué es eso de mandar a un tipo a la carretera de La Coruña para que me cuente el accidente de tráfico de turno? ¿es necesario desplazar a un tipo para eso? Eso, en T5, son expertos. Los madrugones que se deben de pegar los chavales para cubrir noticias absurdas o para simplemente decir si hoy, 20 de febrero, hace frío en Puerto Hurraco: "Está pasando y se lo estamos contando". Pues gracias, pero me lo creo aunque tu no estés ahí, la verdad.

De todos los corresponsales, hay dos que no soporto: el citado Zimmerman y el enviado de A3 a EEUU. Es increíblemente desagradable ver como controla los timmings creyendo que así consigue darle ínfulas de interes a su chascarrillo. Porque es que el 90% de las veces eso no son más que noticias de La Farola, y él las cuenta como si tuviera que autoconvencerse de que vivir en New York con todos los gastos pagados está justificadísimo.

Y de todos los corresponsales, hay dos que son mis favoritos. Uno es la recientemente jubilada Rosa María Calaf: grande entre las grandes, me cuenta un compañero de trabajo que está absolutamente flipada como persona. Vive en un caos absoluto y organiza fiestas donde quiera que va en las que no falta nunca un jamón de pata negra. Eran antológicos sus reportajes para Informe Semanal, demostrando que si le daban un poco más de sus 2 minutos de conexión podía hacer virguerías. Y mi otra favorita, y recogedora del testigo dejado por la Calaf es Rosa María Molló: de Nueva York ha pasado a llevar la corresponsalía de China y, aunque aun no la he visto en su nuevo destino, supongo que seguirá haciéndolo igual de bien que antes: presencia, saber hablar y contar todo lo que quiere contar en las conexiones en directo y sobre todo una elección de temas para sus reportajes la mar de interesantes.

Larga vida a Molló y a todos los corresponsales de TVE, y ERE fulminante para los corresponsales de A3 de Jerusalén, Nueva York y Roma. Podemos vivir sin vuestras chorradas.