Supongo que esto no está pagado por nada. Desde hoy admiro a las monjas un poquito más. Aunque sigo con la duda de si es verdad eso que me han dicho que:
- No llevan sujetador.
- No pueden comer lechuga.
- No duermen sobre listones de madera ni sus habitaciones son celdas. Si esto fuera así, habrían perdido todo el encanto.
Yo tengo una amiga monja, y come lechuga, lleva sujetador (bragas de colores) y duerme en una cama como la tuya o la mía. Bueno, como la mía...
ResponderEliminarSimplemente impresionante. Yo también soy un poco más fan.
ResponderEliminarMambotaxi.... cada día me siento mas alagado de contarme entre tus amistaddes. Simplemente fantástico
ResponderEliminar¡Alelulla, alelulla ha venido a alabar a dios!
Bueno, yo me pongo en su lugar y creo que no tendría cojones de hacer lo que ella hace, por la vergüenza y tal. Chapó por ella y por esos niños que dentro de unos años podrán avergonzarse por lo que han hecho.
ResponderEliminarEl que me hace gracia es el niño de la derecha, el de la camiseta azul, que el pobre no sabe qué hacer con los brazos cuando deja de balancearlos al ritmo de la monja, y entonces siempre adopta la postura del pensador, apoyando su barbilla sobre el puño!!!!
ResponderEliminar¡Saludos!
Me da un poco de pena que no consiguiera atraer la atención de la mayoría de los allí presentes, no?
ResponderEliminarSe merece un 10!
Toma Monja!
ResponderEliminarMe encanta el empeño que pone. La musiquilla se me ha pegado al oído y ya no puedo dejar de cantarla!
Ahhh!
Felicidades poe el blog.