Parece ser que este mes se están cumpliendo algunas cosas que llevaba tiempo esperando que pasaran. Por un lado, dentro de poco seré padrino de una persona (cosa que nunca me habían ofrecido supongo que por mi mal llevar con los niños). También, a final de mes, si todo sigue según lo esperado, veré a Rufus Wainwright en directo. Y por fin anoche, después de ver como me iba perdiendo todos y cada uno de los conciertos que iba dando en ciudades accesibles para mí, pude ver en directo al gran
Guille Milkyway/
La Casa Azul.
La actuación se enmarcaba dentro del festival South Pop, organizado por una discográfica de cuyo nombre no quiero acordarme. Y aunque la hora de comienzo oficial era la 1:45 de la noche, nos fuímos un poco antes para ver al resto de grupos, a los cuales no conocía ni de oídas. Una vez allí, visita a los puestos de merchandising para comprobar lo tontos que creen que somos en esa discográfica y visita obligada al puesto de tickets. Visión general del personal, dentro del cual no veo mucha cara conocida aunque sí que mucho compañero de trabajo (pero de los que aun desprecian a la parte digital del medio en que trabajo). Un par de fotitos y empiezan a circular los grupos del cartel: Manos de Topo (ejem... ¿por qué cantas así, compañero? No, en serio, tengo curiosidad de saber lo que pretendes...), Soy un caballo (que se han ganado una segunda escucha) y High Llamas (momento corte de venas). Y por último, La Casa Azul, que no entiendo muy bien qué pintaba dentro del cartel. Así que empieza el montaje y la gente, antes desperdigada, empieza a acercarse al escenario.

Comienza el concierto y mis temores iniciales se disipan. La hora escasa de concierto anunciada parece que será más, y que el concierto será similar a los ofrecidos en otras ciudades. Para el que aún no lo sepa, en esta "gira" el escenario está vestido con 5 TFT: aquí se intercalan imágenes de los miembros ficticios de el grupo junto a creaciones audiovisuales que van vistiendo las canciones, ya que en el escenario sólo está Guille junto a sus teclados, un piano y una especie de Telesketch.
Y si alguien dudaba de si la propuesta funciona, puedo decir que ROTUNDAMENTE SÍ. Las pantallas y las imágenes que en ellas aparecían estaban perfectamente sincronizadas con los sonidos. Tanto aquellas en las que los miembros ficticios del grupo tocaban los instrumentos (o las palmas, o bailaban el 'do the robot') como las videoproyecciones (o como se llame esto) creadas para cada canción eranpara caerse de espaldas. Referencias a la cultura pop en forma de videojuegos, cantantes femeninas, discográficas, al surf pop, a toda la estética japonesa... Un bombardeo de imágenes que hacía que lo que sonaba subiera muchísimos enteros. Guille no canta muy bien, pero eso no importa lo más mínimo. Todo el mundo que va a sus conciertos se sabe las canciones de pí a pá (
Mare de Castro dixit) y le echamos una mano en los altos cuando le hace falta. Él lo sabe y juega con eso, alejándose del micro cuando sabe que no llega.

Abrió con
La Revolución Sexual (nada de dejar el último single para el final, hay que empezar en todo lo alto) y siguió con
Chicle Cosmos,
Hoy me has dicho hola por primera vez,
En noches como la de hoy... Vamos, lo clásico. Entre medias, una versión del
Love is in the air y para finalizar el
Cerca de Shibuya y
Como un fan al piano. Porque hubo canciones al piano, y eso fue precisamente lo que más me sorprendió: el desvestir las letras de esa producción tan recargada (marca de la casa y cosa que a mi me encanta) hizo que adquirieran un dramatismo del que nunca había sido consciente. Sobre todo
Como un fan, que me llegó a poner los pelos de punta.
Supongo que nada de lo que he contado aquí es nuevo para aquellos que lo hayan visto alguna vez. Pero entended mi subidón después de tantos años de Repeat+Shuffle de sus discos. Y verlo allí, en el sitio más especial que tiene esta ciudad con tanta gente compartiendo emoción y subidón. A día de hoy, no hay grupo que me provoque más sensaciones que LCA: ya sea por lo original de la propuesta, la cuidad estética, las miles de referencias con las que te sientes identificado, el respeto del autor a sus seguidores, sus guiños, o sobre todo, por las canciones: canciones que hablan de cosas muy tristes mientras suenan pa-pa-pas o la-la-las. Sin duda, el grupo que yo quisiera tener si me dedicara a esto de la música.