18 abril 2006

Malos tiempos

Quería comentar este tema ayer pero al final se me ha adelantado la gente de jenesaispop.com: la entrevista que Manuel Cuéllar realiza a LOVG (nuevas siglas de los que antes eran LODVG y mucho antes La Oreja de Van Gogh: cosas del merchandising) en El País Semanal.

Una vez superada la sorpresa de que un medio tan afín a este grupo muestre una realidad tan negra del mismo, solo queda analizar el porqué de dicha entrevista y el porqué de ciertas actitudes. Yo, que soy fan del grupo desde hace mucho (aunque la curve de afinidad haya descendido alarmantemente en los últimos meses), intentaré encontrar en su nuevo disco dobles sentidos, metáforas y lecturas entre líneas que me hagan ver que el fin esta cerca y que esta historia ya ha durado demasiado tiempo (tal y como hizo Mecano con "El uno, el dos y el tres": no había que ser muy listo para darse cuenta que todo se acababa con aquel disco)

Lo mas sorprendente de todo es que esta actitud y esta entrevista se manifiesten días antes del lanzamiento de su nuevo disco (periodo que suele coincidir con el momento de mas euforia de cualquier grupo, donde se dicen cosas como que "supone una la evolución lógica a su carrera" o que "es el mejor disco que han sacado hasta ahora"). Un disco que, comentan, les ha costado sacar mas de la cuenta. Aseguran que tuvieron que parar en Navidad debido a la presión (creo que en otros lanzamientos la presión estaba mas justificada), que el lanzamiento de Marzo se pospuso indefinidamente por graves problemas de sonido, y que la elección del single no ha sido muy acertada (¿así está la industria que ni siquiera un grupo que recupera con creces la inversión de la compañía puede elegir el single de lanzamiento?).

Después de esto, uno se pregunta si todo esto responde a una campaña de márketing para ensuciar (en el buen sentido) la imagen del grupo y abarcar targets comerciales mas amplios. O si de verdad esto no es mas que el principio del fin y las pistas que han ido dando (la caja especial con CERO material extra o la desgana en la creación, promoción y "concepto" del disco) al final se conviertan en una declaración de Amaia en los Premios Amigo anunciando la disolución del grupo por almibaramiento ante la sorpresa de sus compañeros de grupo.

10 abril 2006

Aprendices de Melvin

El Pais publicaba ayer un reportaje sobre aquellas manías que tienen algunas personas y que, de manías, pasan a convertirse en enfermedad. El problema está cuando esas tonterías que todos tenemos nos quitan tiempo vital y además lo hacen provocando en nosotros un malestar por saber que lo que hacemos no es bueno pero no podemos dejar de hacerlo. Nos ilustran con varios ejemplos:

  • Una chica (que prefiere mantenerse en el anonimato) no puede dejar de comprobar la llave del gas cada vez que sale de su casa. La obsesión le lleva hasta comprobar 25 veces si la ha cerrado o no, aun a sabiendas de que esto le va a llevar a llegar tarde a su cita.
  • Un hombre que necesita de mas de tres horas diarias para su aseo personal. Añade que si esto le hubiera pillado en su etapa de estudiante, seguro que no hubiera podido terminar la carrera.
  • Un personaje que nunca toca los pomos de las puertas. Su táctica es la siguiente: si se trata de un pomo de los que se abren presionando hacia abajo, entonces los abre con el codo (ya que está protegido por ropa). En caso de que sea una puerta con pomo giratorio, espera a que alguien pase y se la abran.
  • David Beckham ordena las bebidas en su nevera, organiza la ropa por tonalidades y tiene cosas en cantidad par (a lo "Huevos de oro").
Estos aprendices de Melivin/Jack Nicholson saben que tienen un problema, pero no pueden dejar de tenerlo. Es entonces cuando requieren la ayuda de profesionales. Yo los entiendo, pues cuando pequeño tuve una manía que no me dejaba vivir en paz. Se trataba, en lineas generales, de que me sentía obligado a hacer con una mano lo que justo acababa de hacer con la otra. Me explico: yo estoy en la mesa, comiendo, por ejemplo. Me apetece pan, asi que voy y lo cojo con la mano derecha. Después se que la próxima vez que tenga que coger el pan debo de hacerlo con la izquierda. O si me acabo de rascar la cara con mi dedo indice de la mano izquierda, inmediatamente debo de hacer lo mismo con el índice de la mano derecha.

Al malestar que suponía en mi tener que hacer esto, se unía al cuidado que debía de tener en hacerlo sin que nadie se diera cuenta, por la vergüenza que hubiera pasado si me llegan a descubrir. Ahora me río, pero en su tiempo fue bastante incordio, y algo que me hizo llegar a sentir verdaderamente mal. Afortunadamente, tal y como vino se fue, y ahora es algo de lo que me rio constantemente, y una de las cotas mas altas de estupidez a las que he llegado.